04 Jun Las seis tendencias más importantes en la transformación digital de la agricultura
Agricultura y tecnología forman un binomio al que cada vez más se le presta más atención en el mundo de los negocios. Los anglosajones utilizan el término AgTech (o AgriTech) para conceptualizarlo, término que podríamos definir como aquel que se refiere a todos los procesos, tendencias, innovaciones y emprendimientos que buscan la transformación de la industria agroalimentaria mediante las tecnologías digitales.
La agricultura es la nueva frontera tecnológica, el próximo territorio digital por conquistar. No es casualidad que en los últimos tiempos el sector «AgTech» esté recibiendo fuertes inversiones a través de fondos de capital impulsados por grandes corporaciones transnacionales (Monsanto, Qualcomm, Microsoft…).
El desafío está a la vuelta de la esquina: Naciones Unidas estima que en 2050 la tierra tendrá 9800 millones de habitantes y en el año 2100 la población aumentará hasta 11 200 millones. La industria agroalimentaria tendrá que desarrollarse para poder cubrir una creciente demanda mundial de alimentos.
Los esfuerzos por integrar la tecnología en la producción de alimentos deben orientarse a convertirla en una actividad sostenible, escalable y con mayores rendimientos por superfice.
A nuestro juicio, las tendencias más relevantes actualmente en la transformación digital de la agricultura son:
Internet of Things (IoT) y sensores de campo
Colocados estratégicamente en los campos junto a equipos de reconocimiento de imagen, permiten monitorear los cultivos desde cualquier lugar. Estos sensores capturan información actualizada y en tiempo real que ayuda al agricultor a tomar mejores decisiones según las necesidades específicas de cada cultivo.
Internet of Things (IoT) y sensores en equipos
“Agricultura de precisión” es el término que se refiere al uso de sensores en la maquinaria agrícola para mejorar las tareas: por ejemplo la nivelación de fincas o el trazado de surcos utilizando tecnología satelital, la documentación de cultivos durante la cosecha (rendimientos, ubicación), etcétera. Otro tipo de sensores permiten monitorear “la salud” de los propios equipos y máquinas, para prevenir roturas y programar los mantenimientos oportunos.
Drones y monitoreo de cultivos
Por ser una tecnología mucho más barata que los aeroplanos, los drones se han vuelto una herramienta favorita para el monitoreo de cultivos. Ayudan a vigilar la calidad del suelo, evaluar el patrón de sembrado y la eficiencia en el crecimiento de las plantas. También son utilizados para asperjar agroquímicos de manera más rápida y precisa.
Agricultura y robótica
Los robots ya han sido probados para el deshierbe y asperjado más preciso, lo que permite un ahorro considerable en el gasto de agroquímicos (algunos fabricantes hablan de ahorros del 90%). Empresas especializadas en robótica están experimentando con robots equipados de cámaras, para moverse entre las plantas y los surcos con el objetivo de reducir el trabajo humano en algunas tareas de campo como el trasplante y cosecha.
Sensores RFID y de rastreo
Después de la cosecha, los sensores se pueden usar para rastrear los alimentos desde que salen del campo hasta que llegan a los puntos de venta. Esto no reduciría necesariamente la incidencia de brotes de enfermedades, pero ayudaría a encontrar su origen y controlarlo, así como evitar daños al mercado del mismo producto (pensemos en el reciente brote en EE.UU de E. coli en lechuga romana).
Aprendizaje automático y análisis avanzados
Herramientas para analizar datos y descubrir tendencias tienen su aplicación desde la etapa de desarrollo de nuevas especies; los genetistas pueden analizar el genoma de distintas variedades con el propósito de adaptarlas al clima en que se requiera su cultivo y facilitar su adaptación.
Esta tecnología también es usada para el análisis de tendencias de mercado para ajustar la producción de alimentos a la demanda esperada lo que reduce las mermas e incrementa las utilidades.
El impacto de la tecnología digital en la agricultura servirá para incrementar la producción, reducir el impacto ambiental y otorgarle mayor control a productores y consumidores. Conforme la población crece, nuestros métodos agrícolas deben crecer con ella. Es tiempo de tomar ventaja de la tecnología que tenemos a mano para garantizar la presencia de alimentos en nuestras mesas y tranquilidad para nuestros productores.